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OREJÓN Familia Lingüística: Tucano Autodenominación: Maijuna |
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DEPARTAMENTO | PROVINCIA | DISTRITO |
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LORETO | MAYNAS | MAZAN |
LORETO | MAYNAS | NAPO |
LORETO | MAYNAS | PUTUMAYO |
LORETO | MCAL RAMÓN CASTILLA | PEBAS |
Ríos: Yanayacu, Sucusari, Algodón y Putumayo.
TOTAL | HOMBRES | MUJERES |
---|---|---|
288 | 154 | 134 |
Con 288 individuos en 1933, los orejones constituyen sólo
0,12% del total de la población indígena censada. Las estimaciones
poblacionales señalan para este grupo un número mínimo
de 190 personas (Wise y Ribeiro, 1978) y un máximo de 600 (Uriarte,
1976).
A fines del siglo pasado, 300 familias de orejones vivían entre
el Yanayacu y el Sucusari; en 1925, Tessman, según los datos proporcionados
por un colono, reportó la existencia de 500 orejones en la Laguna
del Zapote y el río Sucusari (Bellier, 1994:35-37). En 1984, Bellier
(1994: 148) señaló un total de 277 individuos en tres comunidades
de orejones.
El índice de masculinidad registrado es alto (114,9) y la población
evidencia un alto porcentaje de menores de 15 años (46,9%). En
tanto que 4,5% tiene 65 años o más. La tasa bruta de mortalidad
es de 17,36.
SÍNTESIS HISTÓRICA:
Los orejones descienden de los payaguas, grupo Tucano occidental,
que al momento del contacto europeo se desplazaba en el extenso territorio
entre los ríos Napo, Putumayo y Caquetá, y puede decirse
que es resultado de toda una historia de migraciones y relaciones interétnicas
con otros grupos Tucano occidentales y familias lingüísticas.
Durante los siglos XVI y XVII, son considerados un sub-grupo de los llamados
"encabellados", denominación referida a todos los grupos
Tucano occidentales. Durante el siglo XVI, fueron entregados en encomienda
y llevados para el servicio personal de los encomenderos a zonas auríferas.
A fines del siglo XVII, los payaguas junto con los Tama huyeron al Alto
Magdalena, pero fueron nuevamente atrapados bajo el sistema de encomiendas.
Hacia 1964, después haberse rebelado incesantemente, quedaron libres
de los encomenderos que no se atrevieron a ingresar en su territorio.
En el siglo XVIII, los payaguas, junto con otros grupos Tucano, fueron
reducidos por los misioneros jesuitas al sur y por los franciscanos al
norte. Sin embargo, los misioneros no lograron sedentarizarlos. Una vez
obtenidas las herramientas de metal huyeron nuevamente al bosque, sembrando
continuamente el desorden en las diferentes misiones.
A fines del siglo XVIII, una parte de los payaguas, se asentó en
la zona del Napo, territorio reconocido como tradicional por los actuales
orejones. A inicios del siglo XIX, los payaguas son absorbidos por otros
grupos Tucano occidentales, los Tama, Siona y Macaguaje. La nueva República
del Perú, propició en esos años la inmigración
europea y el establecimiento de colonos en la Amazonia. Surgieron entonces
los patrones quienes se sucederán en el territorio tradicional
sometiéndolos a trabajos forzados.
A fines del siglo XIX, se desarrolló la explotación del
caucho y cayeron bajo el dominio de sucesivos patrones dedicados a esa
actividad. Durante este período, éstos dan a los orejones
los nombres de los ríos que ocupaban. En esta época se ocuparon
principalmente del transporte del caucho de la cuenca del Napo a la cuenca
del Putumayo y de abastecer de leña a los barcos a vapor.
Hacia 1925, recibieron la denominación de indios koto y orejones.
Hacia fines de este período, cesaron las guerras intratribales,
por falta de guerreros y la considerable caída demográfica.
Asimismo dejaron de utilizar sus adornos étnicos, intentando una
mayor integración a la sociedad regional.
Entre 1920 y 1940, los orejones fueron empleados en la explotación
de la "leche caspi", la madera de rosa, el marfil vegetal y
las pieles de animales. Hacia la sexta década, bajo una nueva generación
de patrones llegados de San Martín, se dedicaron a la explotación
maderera.
Entre 1955 y 1975, por un acuerdo entre el Gobierno peruano y el Instituto
Lingüístico de Verano, los orejones fueron influenciados por
los cambios introducidos por los evangelistas. Fue adiestrado un maestro
bilingüe y, desde entonces, se inició la escolarización
de los orejones.
Foto: ILV
ORGANIZACIÓN SOCIAL:
Según Bellier, los orejones se encuentran organizados
en clanes patrilineales, habiéndose extinguido dos y subsistido
tres de ellos. Estos clanes son dispersos o no-localizados, en virtud
de una regla de exogamia de clan unida a una regla de residencia post-matrimonial
uxorilocal -instalación con la familia de la esposa- que lleva
a la dispersión en cada generación de los hombres en los
grupos de co-residentes y por tanto de los tres clanes. El grupo residencial
está constituido por una casa plurifamiliar, rodeada de casas satélite
unifamiliares.
El matrimonio exogámico es concebido como intercambio restringido
entre dos clanes, es decir, como intercambio de mujeres entre dos clanes
a lo largo de las generaciones. Así, en 40% a 50% de los casos,
los hombres reproducen el matrimonio de su padre casándose con
una muchacha del clan de su madre. Según Bellier, este modelo ha
sufrido en los últimos tiempos una modificación, practicándose
el intercambio ya no entre dos clanes sino entre tres.
Asimismo, en los últimos tiempos los orejones por influencia de
los colonos quechuas y mestizos, se han acogido a la institucionalización
del compadrazgo.
ACTIVIDADES ECONÓMICAS:
Según Bellier, durante la década de 1970-1979, los orejones
se dedicaron a la explotación de madera, trabajando para patrones
ubicados en las cercanías de su territorio.
Ante la desaparición de las especies madereras de mayor valor en
el mercado, los patrones del Napo, a partir de la década anterior,
intentaron convertirlos en productores agrícolas para satisfacer
la demanda de alimentos de la ciudad de Iquitos. Les ofrecieron semillas
gratuitamente y mantuvieron oculta a los nativos la información
sobre el precio en el mercado de los productos.
En los últimos años, se ha apreciado una tendencia a liberarse
del control de los patrones ante la posibilidad de intercambio con los
regatones o comerciantes de paso, a quienes venden sus productos de caza,
cultivos y artesanía.
INFRAESTRUCTURA DE SERVICIOS:
Educación:
Los orejones de cinco años y más, de acuerdo
al censo de 1993, presentan un 45% de analfabetismo.El 34% de la población
no ha asistido a centro educativo alguno y 51% de la misma ha recibido
la educación primaria como el mayor nivel de instrucción
alcanzado. La educación secundaria y la superior han representado
una opción únicamente para 3% y 0,4% de la población,
respectivamente.En las comunidades orejonas funcionan cuatro escuelas
primarias con cinco docentes; tres de ellos indígenas, quienes
tienen la responsabilidad de impartir la instrucción escolar en
las mismas.
· Personal e Infraestructura de Salud:
MÉDICO/ ENFERMERA | SANITARIO | PROMOTOR | CENTRO SALUD | POSTA MÉDICA | POSTA SANITARIA |
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1 | - | 6 | - | - | 2 |
· Registro civil:
TOTAL COMUNIDADES | REGISTRO CIVIL | |||
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SÍ EXISTE | NO EXISTE | |||
TOTAL | FUNCIONA | NO FUNCIONA | ||
4 | 3 | 3 | - | 1 |
No se tiene información que corrobore que las comunidades
de este grupo estén participando en organizaciones federativas.
SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD:
Por su reducido volumen demográfico y baja cobertura de
salud, se les considera en una situación de muy alta vulnerabilidad.