Especies Silvestres y Domesticación

     
  La domesticación de plantas y animales, a partir de especies silvestres, se inició en diferentes partes del mundo hace unos 12 000 años, cuando grupos humanos recogieron las semillas y capturaron animales, y comenzaron a sembrar y criar. El cultivo y la crianza impuso una selección artificial de las plantas y animales, que, a través de los siglos, llevó al desarrollo de cultivos y crianzas modernos, adaptados a ambientes artificiales.

Muchas de las especies de las cuales fueron seleccionados los cultivos y crianzas aún sobreviven en condiciones silvestres, al igual que otras especies muy emparentadas con ellas. Los genes de los parientes silvestres contienen características de especial vigor, que pueden beneficiar a las formas domésticas.

Desde el siglo XIX se inició un avance científico muy grande en el mejoramiento y la selección de las variedades cultivadas y de las razas criadas, dejándose de lado muchas formas y hoy la agricultura y la ganadería descansa sobre una base genética muy restringida. Por esto encontramos cinco categorías de recursos genéticos:

1. Parientes silvestres:
ancestros comunes con las especies domesticadas, que han permanecido silvestres. Tienen una base genética muy amplia.

2. Razas y cultivos primitivos:
las variedades locales fueron seleccionadas a través de muchas generaciones quedando en los lugares de origen formas más primitivas.

3. Cultivares y crianzas obsoletos:
son las formas descartadas en las primeras épocas del mejoramiento genético.

4. Líneas avanzadas de mejoramiento, mutaciones y otros productos del mejoramiento genético:
son el material básico y las líneas avanzadas de mejoramiento desarrolladas por mejoradores, donde se incluyen las formas en estudio.

5. Cultivares y crianzas modernos:
son pocas formas de alto rendimiento y que se usan en la agricultura, forestería y ganadería. Tienen una base genética muy restringida.

IMPORTANTE

El proceso de selección ha conducido a una alta uniformidad genética, que constituye un peligro ante las epidemias y enfermedades. Los parientes silvestre contienen genes resistentes a plagas y enfermedades; pueden mejorar la productividad; dar mayor valor nutritivo y buen sabor, etc. Su conservación es fundamental como reserva genética para casos de emergencia y para futuros mejoramientos.



Los parientes silvestres y las formas locales, conservadas por comunidades humanas aisladas, tienen un alto valor económico, porque su uso puede incrementar la producción y ahorrar ingentes sumas de dinero en pérdidas por enfermedades y plagas' Por esta razón muchas grandes firmas internacionales buscan con ansiedad este material genético para hacer buenos negocios de semillas y razas nuevas.

Los parientes silvestres y las formas primitivas van desapareciendo (erosión genética) y se hace necesario conservar el material genético para posibles usos futuros. Esta conservación se logra de diversas formas:

· "Ex situ", o sea, fuera del ambiente natural en bancos genéticos:
para esto se instalan bancos de semillas; bancos de embriones y esperma; cultivo de tejidos, etc. Esta forma es cara porque implica instalaciones costosas y sólo es posible conservar una parte de la variedad existente.

· "In situ", o sea, en áreas naturales:
para esto se establecen áreas protegidas y se trabaja con las poblaciones locales (agricultores) para conservar el material genético local. Este trabajo implica estudios de las formas y variedades existentes en los diferentes lugares. Implica apoyo y recompensa a los agricultores por el trabajo y esfuerzo que realizan para conservar el material genético.
 
     

             
 
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