Los Bosques de Lluvias en el Valle del Marañón |
El valle del Marañón, entre los
6º30' y los 9º L.S., presenta bosques parecidos a la selva alta
en el piso superior próximo a la jalca. El piso inferior, debajo de los 2 300 msnm en el sur y los 1 500 msnm en el norte, es una formación xerofítica parecida a la sabana con bosques de galería. El piso medio, debajo de los 2 900 msnm en el sur y los 2 500 en el norte, es un monte bajo alternado con estepas de gramíneas. El piso superior es más húmedo y con formaciones de bosque enano o bosque de lluvias oligotermo, muy parecido a la ceja de montaña, con características muy propias. Restos de estos bosques se encuentran aún en las provincias de Jaén, San Ignacio, Cutervo, Chota, Celendín y San Marcos del Dpto. de Cajamarca; en las provincias de Sánchez Carrión y Pataz del Dpto. de La Libertad, y las provincias de Utcubamba, Luya y Chachapoyas del Dpto. de Amazonas. Uno de los más importantes es el de la Cordillera de Tarros, en la provincia de Cutervo, y que está declarado como Parque Nacional. Estos bosques son muy húmedos y densos, con árboles que superan los 20 m de altura, y cubiertos con profusión de epífitas (orquídeas, helechos, aráceas, bromelias, musgos y líquenes). Los árboles más destacados son el romerillo (Podocarpus oleifolius), varios tipos de higuerones (Ficus sp.), palmeras y helechos arborescentes, y formaciones de suro (Chusquea sp.). El sotobosque es intrincado por la presencia de muchos arbustos, helechos y lianas, además de bromearas, que crecen sobre una capa gruesa de materia orgánica. Los cursos de agua son numerosos y tormentosos, de aguas templadas y muy límpidas, que se desplazan por valles a veces estrechos y otras veces bastante amplios. La fauna de estos bosques es variada y con alta tasa de endemismos, especialmente entre los invertebrados.
En varios lugares, como Ninabamba y Tarros (Cutervo), existen amplias cuevas habitadas por el guácharo (Steatornis caripensis), ave de hábitos nocturnos y que se alimenta de frutos silvestres, especialmente de ciertas palmeras. Esta ave rara vive en cuevas, en las que se orienta con ondas sonoras en medio de la oscuridad, y construye sus nidos en las paredes utilizando barro y excrementos. Sus polluelos son gordos y los lugareños los recolectan para extraer un aceite y comerlos fritos. La tala de los bosques y la caza persistente han mermado tremendamente las poblaciones de esta especie. En los bosques viven también varias especies de pavas de monte (Penelope argyrotis) y el pilco (Pharomacrus auriceps), entre muchas otras.
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