Ordenamiento del Espacio |
Con el crecimiento de la población y la expansión continua de las actividades humanas (urbanización, agricultura, ganadería, extracción forestal, minería, vialidad, etc.) se hace necesario ordenar el uso del espacio mediante la zonificación ecológico-económica.
Tiene como fin permitir diversas opciones o modelos de utilización de un territorio, en un justo equilibrio entre la necesidad de proteger diversos ambientes y utilizar los recursos necesarios para el desarrollo. Las principales opciones pueden reducirse a las siguientes: 1. Opciones basadas en el uso de los recursos, sin alterar el ambiente en forma significativa a. La conservación de áreas únicas por los paisajes, los restos arqueológicos y la diversidad biológica para su uso con fines turísticos y científicos. Estas áreas son, con frecuencia, únicas en el mundo y su conservación es un compromiso con la humanidad entera. Aquí se sitúan las áreas protegidas de nivel nacional y local. b. Áreas destinadas a la caza, la pesca y la recolección de las comunidades nativas y pobladores rurales. Incluye la recolección de jebe, cacao, castañas, palmito, árboles para construcción, plantas medicinales, etc., en parte destinados a la venta. A esta categoría pertenecen las tierras de comunidades indígenas y las reservas comunales. La seguridad de la tierra en este aspecto es crucial para la conservación de las poblaciones aborígenes y su cultura. 2. Opciones basadas en la sustitución del ecosistema original · Áreas destinadas a la agricultura intensiva y continua de subsistencia, donde se desarrollan actividades agrícolas y forestales heterogéneas e integrales. · Áreas destinadas a plantaciones comerciales en monocultivos extensos de plantas alimenticias e industriales, donde los suelos lo permitan. · Áreas destinadas a pastos, ganadería y producción de carne, con técnicas adecuadas para conservar los suelos. · Áreas destinadas a la extracción forestal intensiva y permanente, con sistemas de manejo y reposición del recurso. Comprende varias formas, desde tala rasa en franjas hasta extracción para pulpa de papel con maquinaria y sobre grandes extensiones. · Áreas destinadas a plantaciones forestales comerciales, con especies introducidas (pinos, eucaliptos) o nativas (aliso, capirona y muchas otras). · Áreas destinadas a la construcción de represas, que pueden comprometer grandes extensiones del territorio que son cubiertas por las aguas. · Áreas destinadas a la construcción de vías de comunicación y la extracción de minerales e hidrocarburos en forma limpia, donde se debe planificar el control de impactos negativos. · Áreas destinadas al desarrollo de centros urbanos, que son de crecimiento acelerado en ciertas regiones del país y van ocupando cada día más superficie, en detrimento de las tierras agrícolas. |
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