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Otro caso muy ilustrativo es el del guano de la isla en el siglo pasado.
El excremento de las aves guaneras se acumuló en las islas y puntas
del litoral por las escasas lluvias y formó capas de hasta 70 metros
de espesor, como en las islas Chincha. En 1802, Alexander von Humboldt
fue uno de los primeros en recolectar muestras de guano y enviarlas a
Francia para su análisis. El descubrimiento de este recurso renovable
de nuestro mar, que es uno de los abonos naturales más completos,
generó un "boom" económico y muchos escándalos
en la administración pública.
Su exportación masiva trajo una bonanza económica pasajera
y el recurso sirvió esencialmente para mejorar la agricultura de
otros países.
En 1909, cuando se habían agotado las reservas de guano fósil,
se constituyó la Compañía Administradora del Guano,
encargada de proteger a las aves guaneras y recolectar el abono. Esta
institución hizo un trabajo eficiente, ampliando las áreas
guaneras con cercos en las penínsulas del litoral, y protegiendo
las aves de perturbaciones y de la agresión de otras actividades.
Estaba prohibido el pescar a menos de 5 millas de las islas guaneras.
La población de aves guaneras logró elevarse a niveles que
alcanzaron los 28 millones de individuos y la cosecha anual del recurso
Regó a superar las 300 000 TM.
EN
CONCLUSIÓN |
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A partir de los años setenta, con el desarrollo
de la pesca de la anchoveta y de la industria derivada de
harina y aceite de pescado, se inició el impacto
sobre las aves guaneras, que se alimentan casi exclusivamente
de anchoveta. La sobrepesca de la anchoveta compitió
con las aves, privándolas de su alimento. Con el
fenómeno de El Niño de 1972 - 1973 y el derrumbe
de las poblaciones de anchoveta, la población de
aves descendió hasta apenas 2 millones de individuos.
En la actualidad la población de aves llega a unos
5 millones y la recolección de guano no supera las
20000 TM al año. |
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