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En el Perú existen cuatro formas de camélidos sudamericanos:
dos silvestres (guanaco y vicuña) y dos domesticas (llama y alpaca).
Por la finura de su fibra y el alto precio de la misma, destacan la vicuña
y la alpaca. El país posee aproximadamente el 90% de la población
mundial de alpaca, el 62% de la de vicuña y el 30% de la de llama.
IMPORTANTE |
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Los camélidos ofrecen ventajas comparativas frente
a los ovinos, que desde hace siglos están siendo
criados en las pasturas altoandinas. Aquellos están
adaptados ecológicamente a los pastos y al clima
de la puna; el país posee el material genético,
que no necesita ser importado como en el caso de los ovinos;
su importancia es estratégica por la casi exclusividad
que poseemos de la vicuña y de la alpaca, y su importancia
social es innegable para los campesinos en cuyas tierras
viven. Además, sólo poseemos el 1% de la población
mundial de ovinos. Los camélidos producen cueros,
carne y fibra, al igual que el ovino, con la diferencia
de que la fibra de la alpaca vale cinco veces el precio
de la lana de ovino, y la fibra de vicuña vale casi
su peso en oro. |
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Al iniciarse la conquista teníamos unos 2 millones de vicuñas;
pero, y a pesar de haberse dado 26 dispositivos legales que la protegían,
casi se extinguió hacia 1964, cuando quedaban apenas 5 000 ejemplares.
Gracias al esfuerzo nacional e internacional, y a estrictas medidas de control,
se logró recuperar la población a 75 000 cabezas en 1981,
pero el proyecto fue abandonado por la intervención de personas no
entendidas. |
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